La comunicación es un
proceso de desarrollo de ideas donde la transmisión de la información se da de
varias maneras entre ellas las más importantes son la forma escrita y la forma
oral. La oralidad presenta una serie de características que son diferenciadas
de la escritura pues esta última resulta ser consecuente de la primera.
La oralidad es algo
primitivo y heredado, que constituye en lenguaje en sí desde el principio. Es
una forma comunicativa que va desde el grito de un recién nacido hasta un
diálogo generado entre amigos. El texto oral se percibe a partir de sonidos que
operan como instancias concretas de un sistema de unidades abstractas, “fonemas”.
Ong sostiene que el habla es la raíz de la escritura ya que no concibe la
existencia de la escritura sin su antecesora.
La transmisión de la información
a través de la oralidad es más cuidadosa que la que se hace de manera escrita, pues
aunque esta última queda registrada en un documento, papel o escrito que puede
reproducirse o guardarse a través del tiempo, para la oralidad se necesita de recursos mnemotécnicos para que
las personas desarrollen su habilidad de memoria y así el conocimiento o
información no se pierda y trascienda con el tiempo, por esta razón, la oralidad
hay que desarrollarla día a día mediante el enriquecimiento de léxico, apropiación
de la información y la transferencia de la misma.
Cabe destacar que con
la oralidad la comunicación se transmite de forma diferente porque se siente de
manera más concreta la intención del hablante que a través de la comunicación
escrita pues se sustenta o apoya en las características suprasegmentales y
además no pierde la dialéctica representativa de cada región geográfica o la
que el hablante posee que le imprime una característica particular a su
oralidad.
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